Es claro que la educación ya no puede brindar un bagaje cultural que sirva para toda la vida. Por lo cual la educación y nosotros como docentes debemos procurar que nuestros alumnos tengan la capacidad de adaptarse en un entorno fluido y en evolución permanente. Poder flexibilizar las estructuras haciéndolas inmunes a la sensación de desasosiego que suele provocar la evolución y los cambios constantes en el entorno.
Se deben desarrollar capacidades como la creatividad, el razonamiento crítico y la resolución de problemas permitiéndoles mayor autonomía con lo cual podrán procesar la gran cantidad de información a la que tienen acceso y que si no saben hacerlo, de nada les servirá.
Debemos abandonar la idea de que el alumno debe saber todo al salir de la escuela, lo importante es que las cosas las aprenda en el momento adecuado pero para ello debe estar preparado y saber cómo hacerlo.
Esta nueva sociedad exige un aprendizaje en equipo, una gestión del conocimiento que permita sobrevivir en un mundo cada vez más inestable y donde lo único seguro es la incertidumbre y el cambio a los que deberán adaptarse.
Lograr que los alumnos puedan seguir aprendiendo y desaprendiendo a lo largo de la vida, sería un objetivo hacia el cual mirar….
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